En la tarde del lunes 29 de Octubre, un sensible público colmó las instalaciones de la Sociedad Rural de Corrientes, para asistir a la conferencia preparada por integrantes de la asociación civil Por La Paz Del Campo.

Después de la presentación a cardo del Dr. Carlos Benítez Meabe, el presidente de Por La Paz Del Campo, Francisco José Balbiani planteó francamente el cuadro que sufre quien se dedica al campo: “¿De productor rural a proletario estatal?”

La sucesión de cargas impositivas, la creciente intromisión gubernativa en las determinaciones de la tarea rural, y la inseguridad legislativa, además de condicionar los hechos van modificando el concepto del derecho de propiedad y la libertad de la iniciativa en la mentalidad pública. Mientras, el gobierno pasa a servirse de la Nación, en lugar de estar al servicio de los habitantes, y arrogarse concedernos o suprimirnos los derechos que nos pertenecen y son anteriores al estado.

Evocó vivamente los orígenes históricos de nuestro derecho, nacido en la civilización cristiana que nos formó, y al recordar los 420 km de la Peregrinación a pie, desde General Villegas, en la provincia de Buenos Aires, hasta el Santuario de Nuestra Señora de Luján con ocasión de la defensa ante el avasallamiento de “la 125”, convocó a reunirse junto a Aquella que tomó por Reino a Corrientes y por Trono a Itatí, bien antes de asentarse en el Río Luján la Pura y Limpia Concepción.

Tocó a Juan Carlos Voiseau, Secretario de “Por La Paz Del Campo” hacer ver “Detrás de la ecología, ¿qué?” Animó a la concurrencia delatando  anticientíficos mitos publicitarios que sirven como pretexto para legislaciones que inhiben el mejoramiento de las condiciones de vida en la provincia y paralizan el desarrollo económico y social. Así recorrió el inventado calentamiento global y la confusión entre “cambio del tiempo” y “cambio del clima” o el rol central del sol.

Propuso la clásica pregunta; ¿a quién le aprovecha? , para marcar el común denominador de la ecología radical con los socialismos fracasados: el igualitarismo completo, no solamente entre los hombres sino entre el hombre, los animales y la naturaleza en general; el miserabilismo económico, como paradigma social y ahora argumento para conseguir la preservación ambiental: una amplia lucha de clases defensora de la naturaleza contra la explotación humana y esto da pretexto para una fuerte intervención del Estado, y su mística pagana.

Ventaja: el ropaje ambientalista, que substituyó al “rojo” del comunismo por el “verde” del ecologismo, está consiguiendo engañar hasta los más cautos, además de captar fácilmente la benevolencia de los desprevenidos. Es ése el trasfondo que debemos tener presente al organizarnos y resistir la embestida de medidas que, bajo pretextos sendos científicos de protección ambiental, las izquierdas pretenden imponer a nuestra Argentina y al mundo.

1 de Noviembre de 2012