Los trigales en flor y comenzando el llenado de granos, esperanza de La Patria y gozo del productor agropecuario, que como soldado de la paz sirve a su patria en silencio; podría ser un cuadro de Millet, como el famoso Ángelus, que plasmo el misterio de la vida de los agricultores de la dulce Francia. 

Aquí en las tierras del Plata, ¿caso el Ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de La Nación conoce el origen de nuestros cultivos de trigos?, ¿Acaso los argentinos sabemos cómo llegaron a estas pampas, quien los trajo y cuándo?

Hoy que se habla tanto de la defensa de los valores y de retornar a nuestras fuentes, ¿conocemos el origen histórico y de quienes los hemos recibido?

Los anales de nuestra historia son un manantial de donde podemos alimentar nuestro espíritu, con la documentación que demuestra el origen de las tradiciones y costumbres que nos han dado el carácter actual.

Páginas de gloria, esfuerzo y abnegación de hombres y mujeres libres que siguiendo una inspiración civilizadora, miraron hacía este continente y se enamoraron del futuro que hoy nos pertenece.

Es el caso de aquel primer productor de trigo que llegara con las huestes de Hernán Cortez, Juan Garrido, vio en nuestra América Española, los horizontes de su tierra natal, África que en 1480 lo viera nacer y de donde fue desterrado por los traficantes de esclavos, pero que llegado a España es liberado y convirtiéndose al cristianismo, como hombre libre elige ser parte de nuestra historia. 

Terminado su servicio a la corona y a su capitán, funda como empresario libre una granja en  Coyoacán (actual ciudad de Méjico) y se convierte en el primer productor de trigo independiente, que asumiendo los riesgos de una inversión privada, nos da dos lecciones:

1ª) Para España el color de la piel o el origen de las personas no son determinantes, son las personas como tales las que se valoran, su determinación su vocación y su deseo de servir a los otros, siendo entonces la iniciativa privada condición de cualquier empresa que perdura en el tiempo y no el monopolio del poder del Estado; Cuando esto ocurrió el Imperio Español comenzó su lento deterioro.

2ª) Los Valores y tradiciones no nacen de la mente de un teórico visionario, sino del espíritu que el pueblo Español asumió, en todo tiempo nombrar a España representaba los principios de la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana, dado que es el espíritu del Evangelio que Nuestro Señor nos enseñó con su Divina Sangre, el que impulso a los conquistadores.

Por todo ello cuando un argentino consume un pan, debe considerar con respeto nuestra historia, costumbres y tradiciones. Cuando un productor rural cultiva un tan preciado tesoro, está rindiendo homenaje a nuestros valores, a nuestras creencias ancestrales plasmadas en la doctrina del evangelio, que tan claramente entendió Carlomagno como fuente de civilización y cultura; España fue la que nos dejó como herencia y mandato, los principios que hoy debemos defender.

El 14 de Noviembre será un punto de inflexión entre los que quieren vivir bajo esos principios y los que pretenden abolirlos y subyugar al pueblo de La Nación Argentina.

Nuestros productores deben sentir ufanía de lo que han heredado y por ello deben ser mirados con respeto.

Que Nuestra Señora de Lujan proteja e inspire a nuestros votantes.